Y quién demonios dijo que no?
only the best on line. Wellcome to my space
Amigos e historias entrelazadas
Cuando creí que mi día pintaba para ser divertido, nunca imagine que pudiera ser mas que regocijado. Ya se ha hecho costumbre que las salidas y encuentros por Coyoacán se hagan continuamente, pero a pesar de eso lo de hoy no pudo ser más que sorprendente para mi.
Después de ir a comprar algunas lecturas culturales para aquellos días de soledad, aprendí que no todo en la vida es alcohol y pachangas, que el caminar con una buena compañía y escuchar buenas historias que a veces se oyen chismosas pueden enseñarte mucho.
Todo parecía estar perdido en aquella relación de amistad que tengo; pues aún no se ha perdido, pero bien pudiera ser una amistad viajera aunque ese no es el caso, simple y sencillamente aparecieron frente a mi dos personas importantes en mi vida que al parecer ellos también andaban divagando por las hermosas calles de la ciudad en busca de lo que quizá yo también buscaba, diversión.
Sin más ni más un buen frapuccino y unos helados hicieron divertida la caminata por Coyoacán, lugar cultural y hermoso por donde uno lo quiera ver, al parecer la caminata empezaba a apagarse pero otro sorpresivo encuentro me hizo despejarme de aquella flojedad que comenzaba a sucumbir mi ser, sí un interesante encuentro que marco mi vida... me acorde de aquella canción que dice así: “amor de mis amores, amor mío que me hiciste que no puedo conformarme sin poderte contemplar”, así es, cuando lo vi tan fastuoso como siempre lo fue, me quede impactada como cuando lo conocí por primera vez... una alegría inmensa y una tristeza enorme invadió mi alma pues una historia detrás lo explicaba todo.
Intercambio de teléfonos por aquello de un posible encuentro posteriormente y la presencia de la despedida hicieron que al voltearme y caminar se clavara su imagen en mi mente, mis acompañantes presenciaron el fabuloso encuentro y al ver mi sentimiento por el suceso decidieron hacer una parada con una extraña pero a la vez placentera amiguilla.
Mientras una pequeña trencilla invadía mi cabeza, ella contaba las últimas en su vida, al parecer los árabes son la opción si de hombres fogosos de trata y bueno... molesta por aquellos que quieren matar indígenas cuando ella es defensora 100% de la raíz mexicana. Entre aretes, collares, pulseras, y alguna que otra manualidad extraña ella se refugia.
Al final de ésta aventura, indague una cosa, lo planeado nunca sale bien y los inesperado puede traerte gratas alegrías.
Cuando creí que mi día pintaba para ser divertido, nunca imagine que pudiera ser mas que regocijado. Ya se ha hecho costumbre que las salidas y encuentros por Coyoacán se hagan continuamente, pero a pesar de eso lo de hoy no pudo ser más que sorprendente para mi.
Después de ir a comprar algunas lecturas culturales para aquellos días de soledad, aprendí que no todo en la vida es alcohol y pachangas, que el caminar con una buena compañía y escuchar buenas historias que a veces se oyen chismosas pueden enseñarte mucho.
Todo parecía estar perdido en aquella relación de amistad que tengo; pues aún no se ha perdido, pero bien pudiera ser una amistad viajera aunque ese no es el caso, simple y sencillamente aparecieron frente a mi dos personas importantes en mi vida que al parecer ellos también andaban divagando por las hermosas calles de la ciudad en busca de lo que quizá yo también buscaba, diversión.
Sin más ni más un buen frapuccino y unos helados hicieron divertida la caminata por Coyoacán, lugar cultural y hermoso por donde uno lo quiera ver, al parecer la caminata empezaba a apagarse pero otro sorpresivo encuentro me hizo despejarme de aquella flojedad que comenzaba a sucumbir mi ser, sí un interesante encuentro que marco mi vida... me acorde de aquella canción que dice así: “amor de mis amores, amor mío que me hiciste que no puedo conformarme sin poderte contemplar”, así es, cuando lo vi tan fastuoso como siempre lo fue, me quede impactada como cuando lo conocí por primera vez... una alegría inmensa y una tristeza enorme invadió mi alma pues una historia detrás lo explicaba todo.
Intercambio de teléfonos por aquello de un posible encuentro posteriormente y la presencia de la despedida hicieron que al voltearme y caminar se clavara su imagen en mi mente, mis acompañantes presenciaron el fabuloso encuentro y al ver mi sentimiento por el suceso decidieron hacer una parada con una extraña pero a la vez placentera amiguilla.
Mientras una pequeña trencilla invadía mi cabeza, ella contaba las últimas en su vida, al parecer los árabes son la opción si de hombres fogosos de trata y bueno... molesta por aquellos que quieren matar indígenas cuando ella es defensora 100% de la raíz mexicana. Entre aretes, collares, pulseras, y alguna que otra manualidad extraña ella se refugia.
Al final de ésta aventura, indague una cosa, lo planeado nunca sale bien y los inesperado puede traerte gratas alegrías.
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